Para desarrollarse correctamente, el ojo necesita estar expuesto a la luz diurna, ya que la luz estimula la liberación de dopamina en la retina, y este neurotransmisor a su vez bloquea el alargamiento del ojo (miopía) que se produce durante el desarrollo de los niños. Pero, en la actualidad, cada vez están incrementando más los casos de miopía.
Asia Oriental está experimentando un aumento sin precedentes de la miopía. Hace sesenta años, entre el 10 y el 20 por ciento de la población de China era miope. Hoy, hasta el 90 por ciento de los adolescentes y jóvenes adultos lo son. Otras partes del mundo también han visto un aumento dramático de este trastorno visual, que ahora afecta a aproximadamente la mitad de los adultos jóvenes en los Estados Unidos y Europa, el doble de la prevalencia de hace medio siglo.
Durante muchos años, el consenso científico sostuvo que la miopía era debida en gran medida a los genes. Pero los genes no podrían ser la única causa, ya que también importa el efecto ambiental, y ese efecto parece ser la luz.
Según un estudio desarrollado por investigadores de la Australian National University, en Sidney, demasiado tiempo en el interior de las casas pone a los niños en riesgo de desarrollar miopía. Los niños desde su más tierna infancia necesitan pasar más tiempo al aire libre, en concreto unas tres horas diarias para evitar ser miopes.
La escasez de luz diurna y pasar mucho tiempo en interiores explica el aumento de la miopía
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